En
el último número de la Revista Electrónica de Psicología Iztacala
en el pasado mes de diciembre encontramos el artículo "El
ideal femenino y la educación emocional a principios del siglo XX"
escrito por Janete A. Carrizo, Judith I. Gutiérrez y Olivia Tapia
Jiménez dentro del monográfico Cuerpo,
salud, género y emociones.
Las
autoras estudian de qué manera las mujeres recluidas en el Manicomio
General de "La Castañeda" en México a principios del
siglo XX rompían con las representaciones sobre la feminidad. Unas
representaciones construidas a través de dispositivos
emocionales de
la época, tal es el caso de el texto de Madam H. Loved sobre la
educación femenina en las aulas.
Las
mujeres eran catalogadas como "locas" cuando presentaban
una vida sexual no ajustada a los estrechos márgenes de contención
y "pudor" de la época. Al mismo tiempo, una vehemencia
emocional, concretada en expresiones consideradas excedidas de ira
pero también de amor, eran rasgos que la psiquiatría del momento
consideraba patológicos para las mujeres. Incluso, el uso de la
fantasía para crear historias, orales o escritas, era considerado un
rasgo digno de vigilancia y control.
En
contraste, la feminidad de la época era perfilada a través de
los dispositivos emocionales con rasgos como el
control emocional, la autodonación y consagración en favor de la
felicidad del marido y los hijos(as), y la "pureza"
entendida de manera físico-sexual y también moral.
Por
tanto, el ámbito de la sexualidad, de las emociones y del mayor
o menor espacio propio -físico pero también subjetivo- son ejes
sobre los que se articula la normalidad/anormalidad de las mujeres, y
por tanto los límites de la locura, en el contexto y lugar
estudiados.
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